Me parece tan detestable que la gran mayoría los simples ciudadanos de este país tengamos que convivir con seres tan cuestionables como los abogados. Incluso he podido comprobar que hasta los jóvenes que recién comienzan a ejercer en este rubro, tienen aquello que es tan característico de los más experimentados. ¿Es que la mentira ya es una cátedra en las Facultades de Derecho?, ¿tienen un ramo que los insta a no contestar correos, celulares o esconderse de los clientes apenas les pagan sus honorarios?, ¿tiene alguna relación aquello con que muchos de los políticos sean abogados?. Perdonen mi franqueza, pero no he conocido en mi vida uno sólo que sea honesto.
Antes de continuar debo reconocer una cosa, sé que no es correcto generalizar. No me cabe duda que en algún lugar del mundo puede haber un abogado que merezca mi respeto, incluso he pensado que si llego a conocerlo, definitivamente me compraré un boleto de Lotería porque sería como encontrarse un trébol de 4 hojas o algo así.
Es verdad, tampoco es correcto andar por el mundo haciendo juicios de valor como el más obtuso de los opinólogos de farándula. Pero esto tiene una base, no es una cuestión lanzada sólo para provocar daño o machar la impecable imagen de los Jurisconsultos. Tengo muchos amigos que gozan el privilegio de ser profesionales del derecho, y las veces que he necesitado disponer de uno de ellos profesionalmente hablando, he preferido recurrir a cualquier otro que no conozca, para evitar el riesgo de perder un amigo, evitar la desilusión.
Para graficar un poco quisiera comentar que, tiempo atrás, recomendado por un amigo psicólogo, opté por tramitar mi divorcio con un joven recién titulado, de aspecto serio, franco y formal. Estas características hicieron que dejara de lado mis prejuicios y tras meditar sobre su inexperiencia, consideré que era positiva la carencia de aquellos vicios que abundan en los letrados más veteranos, entonces decidí depositar mi confianza en él. La primera vez que cambió la fecha de la audiencia lo dejé a su criterio, considerando que a la larga podría servir para el caso y que era feriado judicial. Hoy ha transcurrido un año desde que acepté su representación y ha postergado 4 audiencias por razones que desconozco, se me hace imposible ubicarlo en su celular y en su lugar de trabajo, le envío mensajes de texto, correos electrónicos, dejo mensajes con su secretaria y, francamente, cada día se me hace más lejana la posibilidad de resolver esta situación considerando que hoy estoy a más de 1000 kms. de distancia del tribunal desde donde se iniciaron los trámites, por requerimientos laborales tuve que cambiar mi residencia, y este individuo tiene en su poder los documentos que permitirían dar por terminada la dependencia que nos une, esto significa también que tendría que dar por perdido este año en lo que a mi divorcio se refiere.
He aquí las razones de mi calificación hacia estos caballeros, sé que hay muchas otras razones y muchos otros epítetos, quizás se escribirían miles de artículos y hasta libros con las triquiñuelas de estos letrados. Pero lo mejor que puedo hacer es dejar abierto el tema para la discusión y llenarme de paciencia hasta sacarme la Lotería o encontrar un abogado confiable que, en el fondo, es lo mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario